LA EDAD DE AMAR O DE TENER SEXO
Nadie nos pregunto a nosotras a dónde queríamos nacer; quienes deberían ser nuestros Padres o sí queríamos ser mujeres. Lo cierto es que ya estamos aquí y ahora debemos pasar por todo el trayecto que significa crecer en este mundo.
Sentía la protección de mis padres desde que tengo memoria. Me decían que hacer y que no debía hacer. Qué era lo correcto y qué cosa no lo era. En la primera etapa de nuestras vidas, estamos ligados a ellos completamente. Lo que nos decían no había forma de como cuestionarlo, era una santa verdad porque nuestra dependencia se fundamenta en la ignorancia y falta de conocimiento sobre nuestro alrededor. Incluso en la edad infantil en que todo lo preguntamos, las respuestas que nos ofrecían era nuestra única fuente de información fidedigna.
Pero con la llegada de la pubertad, todo esto comienza a cambiar poco a poco. Tomamos nuestras propias iniciativas y nuestras propias decisiones, muchas de las cuales no son bienvenidas por nuestros padres. Su primera reacción es siempre anunciarnos que vivimos bajo sus reglas, y para terminar de sofocarnos, el recordarnos lo chica que estamos y sobre lo poco que sabemos del mundo. Así que es claro que no hay cosas en común que nos permita sentirnos comprendidas. Es difícil creer que mis Padres hubieran sido jóvenes alguna vez.
Mis ídolos y mi estilo de música, así como mi forma de ver la vida les es extraño a pesar que cien veces me dicen que lo entienden. Pero se que no es así, que las criticas van y vienen. Hay todo un control sobre mi vida que me ahoga. Por eso entiendo a mis amigas que se hieren en sus cuerpos o pasan enojadas con sus progenitores, quienes nos miden con su visión adulta de la vida. De esa forma comencé sin que ellos se enteraran en mi primer cigarro y mi primera cerveza. Podía sentirme bien y que al fin podía estar como alguien que se rehusaba a ser tratada como una niña.
Qué difícil es romper ese cordón umbilical con nuestros padres y que ellos comprendan que los tiempos han cambiado y que lo que ellos vivieron en su época no es lo mismo hoy en día. A veces me sentía mal tener que inventar mis salidas con mis amigas, diciendo que íbamos a estudiar o las escapadas del colegio para ir a ver unas tiendas o simplemente porque no soportábamos estar en las aburridas clases. La rebeldía no era una maldición era una bendición.
Me vestí de negro totalmente sin que se diera cuenta mi madre. Eso fue en la casa de mi amiga Jennifer. Mi maquillaje fue lúgubre si me da risa recordarlo. Pero lo peor fue mi primer percieng en mis orejas y luego en el ombligo, pero me sentía bien soportando el dolor. Y lo mejor fue cuando llego el momento de compartir con mis amigas un tatuaje perpetuo que demostraría nuestra amistad duradera. El mío fue una pequeña rosa roja en la línea baja de mi espalda. Tenía que usar muchas blusas que la escondieran, la cual me cambiaba cuando iba a las discotecas y a los bares con mis amigas.
Con mi apariencia muchos muchachos creían que eramos unas prostitutas, y de una vez, nos tildaban de raras, cuando en la realidad eramos normales y vírgenes bueno salvo Patty. El sexo es algo que al igual que cada una de mis decisiones, me pertenece como mujer, saber cuándo, dónde y con quién. Es estúpido que mis padres o una ley me diga cuando quiero mantener relaciones sexuales, cuando es voluntad de cada ser humano aceptar que es algo que se desea. Las chicas de hoy en día, ignoro de hace cien años, tenemos mejor control de nuestras vidas. Y realmente los padres son los últimos que se enteran. Ellos ignoran de nuestro primer beso, de los roces a nuestros pechos de los novios o de la penetración de un duro pene en nosotras que nos apetece con el chico que nos gusta.
Los chicos pueden pretender que somos tontas, pero sabemos que ellos quieren de nosotras, siempre lo hemos sabido, pero la sociedad nos ha marginado considerando que somos débiles y necesitamos protección. Una ley no detiene una violación a una mujer, y que castiguen al delincuente no viene a resolver el dolor de la victima. Las mujeres necesitamos escondernos de la sociedad en cosas que nos llena como mujeres y ser humano.
Odio que haya una edad para tomar bebidas alcohólicas Será que quien hace las leyes consideran que si tomamos después de cierta edad, evitaran que nos guste para toda la vida? Por estas prohibiciones, las jóvenes tomamos a temprana edad y a escondidas. Igual que el cigarro y que decir de las drogas. Pronto volveremos a la edad media donde se nos colocaban cinturones de castidad y que nuestras madres le entreguen las llaves al hombre a quien nos han comprometido en matrimonio. Ay, la simple idea me esquía.
Todo en la vida se aprende a base de hacer y no simplemente de escuchar. Deben darnos más crédito a las jóvenes que podemos aprender, y que si nos equivocamos es normal, no por nuestra edad sino porque deseamos ser dueñas de nuestras vidas. Hay edad para no equivocarse? Los adultos no se equivocan? No comenten errores? La problemática de los gobiernos y muchos países en la economía y política es culpa de los jóvenes? Son los jóvenes quienes dirigen esos países con problemas?
Mientras quienes hacen las leyes se preocupan por nuestro bienestar, los jóvenes a quienes nos atan con ellas, jamás fuimos consultados ni nos hemos pronunciado para saber que pensamos. Es raro que queramos quedar como gente mala ante los medios de comunicación diciendo LIBEREN EL SEXO PARA LAS JÓVENES por el que dirán. Por eso envidio a los de la comunidad sexual diversa, que hoy en día siguen luchando por su espacio en la sociedad. He leído sobre las quemas de brassier para exigir respeto a las mujeres.
Los jóvenes y las jóvenes queremos decidir sin que signifique un delito o un castigo mantener relaciones sexuales seguras, ya sabemos del VIH; del SIDA, de las infecciones contagiosas, de la protección sexual por todo tipo de anti conceptivos o preservativos para hombres y mujeres. El paso siguiente es dejarnos decidir sin represión, ni prejuicios, para no estar en la clandestinidad, donde por tanta protección de los gobiernos, he visto amigas embarazadas y dejando el colegio.
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